“Yo ya sé lo que quiero ser de mayor, quiero ser músico”. Y así, un niño de apenas 7 años, quedó eclipsado por el poder de la música, que erigiría el camino de su vida. Guille Wheel (Palma, 1992) fundó junto a Tomi Solbas y Andrés Alcover la psicodélica banda de The Wheels cuando aún eran adolescentes. De clara inspiración beatleiana, bromea que Watching The Wheels fue una profecía de John Lennon de lo que sería su grupo en un futuro.
Foto: Lucía Maraver
El artista inicia ahora su carrera en solitario, tras años de aventuras, anécdotas y aprendizajes junto a sus compañeros y amigos, con los que ha compartido un periodo vital. La primera canción del álbum que lanzará a finales de año versa sobre un tema que todos hemos palpado, el amor.
Fue en el confinamiento cuando este single, Love is everywhere, tomó forma. Tras introducirse en la lectura de textos sagrados hindúes, que llevaron al artista a reflexionar sobre el amor universal, “no tanto como pareja, sino en un sentido más filosófico. Por ello la canción reza que el amor está en todas partes. Esta canción tuvo un efecto mántrico en mí, me hacía estar en el presente y me relajaba.”
Y es que el amor más puro evoca sensaciones indescriptibles, un tema que ha dado mucho que hablar a lo largo de la historia, pues como decía Oscar Wilde, “el misterio del amor es infinitamente superior al misterio de la muerte.”
Su primera canción, Black Valley, la cual nunca llegó a publicarse, se inspiraba en un pintoresco personaje que habitaba el valle donde pasó su infancia. En aquel momento sentía atracción por la evocación de personajes, ambientes y misterio. Ello fue evolucionando, en Victims of a dream, inspirada en el mito de la caverna de Platón, habla sobre la posibilidad de que las cosas que vemos sean simplemente un espejismo, y seamos “víctimas de un sueño.”
Foto: Toni Esbert
Una búsqueda del sentido de la vida, la reflexión, las causas y los efectos, o lo que es lo mismo, filosofar sobre la vida, preguntarse y cuestionarse, ya que “la música tiene que servir no sólo como pasatiempo, sino para encontrar elementos que nos despierten” destaca el artista.
Y conversando sobre aquello que le gustaría transmitir en el futuro, el músico lo tiene claro: “me encantaría escribir sobre temas más actuales, tratar asuntos políticos, a pesar de que alguna vez he tratado el tema de forma subliminal”, y no podía ser de otra manera, tratándose de un acérrimo seguidor de John Lennon.
Sus composiciones están claramente influenciadas por aquellos artistas que han puesto banda sonora a su vida, como David Bowie, Lou Reed o Fleetwood Mac, por mencionar algunas de las tonalidades que podemos encontrar en sus álbumes. Y es que The Wheels ha dado que hablar, y mucho. Compartiendo escenario con los mismísimos grupos que escuchábamos en nuestra adolescencia, como Oasis o Red Hot Chili Peppers en festivales como Primavera Sound o Benicàssim.
Un grupo que ha bebido de la magia de la Tramuntana, como muchos otros artistas que han quedado eclipsados con su magnetismo único. “Podrías hacer un recorrido histórico y no pararías de encontrar personajes, pintores, escultores, músicos… desde luego creo que hay una parte que tiene que ver con su belleza, su luz, ese paisaje de contrastes rocosos, mar y vegetación. Y luego quizás hay algo más profundo que tenga que ver con cierto misterio. El artista encuentra ahí algo que resolver, y eso estimula.” Como ya decía Gertrude Stein, “es un paraíso, si puedes resistirlo.”
El artista acaba de lanzar dos canciones nuevas: Island boy & Formentor.
Foto: Lucía Maraver
Sus letras, ritmos y estilos no sólo hablan mediante la palabra, sino que transmiten a través de las texturas de la propia música aquello que denominamos autóctono, pues Guille Wheel lo tiene claro, quiere que sus composiciones se “identifiquen con los paisajes de Mallorca. Intento que si escucharas la canción a vista de pájaro, desde cierta perspectiva, te evocase las olas rompiendo en las rocas, los pinos… un sonido que podrías identificar como de aquí.”
Hablando del grupo en sí, “como cualquier aventura, tuvo su principio y su fin, aunque todavía no soy capaz de decir si es el final definitivo”, explica, en un tono melancólico e ilusionado. Una nueva canción de la banda fue grabada a finales de 2021 por tres de los miembros originales, por lo que, “quien sabe si algún día volveremos a hacer algo juntos.”
Porque los grupos, como la vida misma, a veces se separan, llevando a sus miembros por sendas diferentes. A veces se abren nuevas puertas, se generan nuevas oportunidades y experiencias, pero ¿quién dice que los nuevos caminos no te lleven a toparte de nuevo con tu pasado? Como esa puerta entreabierta a la que siempre puedes volver. Porque cuando la magia fluye entre personas, no se puede evitar la ley de la atracción.
I. Blokker
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