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“Es imposible separar la alimentación de la emoción”, Marta Vázquez

“La relación que tenemos con la comida es totalmente emocional”, sentencia Marta Vázquez (Madrid, 1970), terapeuta nutricional, creadora de la comunidad BeeWellness Nutrition y fundadora de WA Mallorca, un espacio de coworking cuyo nombre “armonía contigo misma y con el entorno” ya nos invita a entrar en un estado de conciencia y serenidad.


Desde que nacemos, una de las primeras conexiones con el mundo es la leche materna, explica la terapeuta, “es la primera droga, nos calma; es un aprendizaje inconsciente, por lo que es muy normal que tengamos asociada la comida con el lado emocional. Nos suple.” Nuestra relación con la alimentación es uno de los vínculos más estrechos que tenemos en la vida, sin embargo, como en otras facetas básicas que nos acompañan, nos queda un largo camino de aprendizaje por recorrer.


Un camino de autodescubrimiento que Vázquez inició desde temprana edad, pues ya en su casa se cuestionaba el status quo de las cinco comidas al día y la procedencia de la misma. Aunque fue por un problema de salud personal por el cual decidió, hace quince años, estudiar Terapia Nutricional en la Universidad de Westminster.


En 2005 le diagnosticaron una enfermedad autoinmune por la que tendría que medicarse de por vida, a la vez que vivir con una serie de limitaciones. Esa era la solución que le brindaba el sistema sanitario convencional. “Fue un momento en el que decidí explorar nuevas opciones, volví a la universidad para estudiar un curso enfocado en la medicina funcional, una tendencia que estaba creciendo en EEUU. Englobaba la parte más occidental y oriental, estudiaba a la persona como un “todo”, ahora se conoce como la Psico-Neuro-Inmunología. Eso hizo que cambiara mi estilo de vida 180 grados, por lo que a los 40 años me sentía mejor que a los 30; finalmente acabé dejando la medicación.”



El bienestar es una fórmula en la que conviven muchos factores, “es la suma de diferentes partes, la alimentación es la base, pero también lo es el deporte, el sueño, las relaciones sociales, tu visión de la vida, tu gestión del estrés, la relación que tienes con la naturaleza… Es todo un conjunto.” ¿Es el bienestar, entonces, una sensación, una suma de pequeñas cosas, de hormonas generando serotonina tras una buena sesión de entrenamiento, un buen plato de nutrientes y una charla con amigos? No parece tan difícil. A la vez, aumentan las depresiones y el estrés en una sociedad regida por las prisas, la competitividad y el desenfreno. ¿Dónde está el fallo?


“El modelo en el que vivimos, en general, es de poner parches. Es compromiso 0, no queremos que nos cambien, sino que buscamos soluciones rápidas”, destaca la experta en nutrición, afirmando que “es mucho más sencillo de lo que nos pensamos.” En sus consultas, Vázquez apuesta siempre por comenzar con pequeños cambios, aunque “a veces lo más sencillo es lo que más cuesta, porque son hábitos diarios que tenemos, y les tenemos apego.”


No existe un imperante estricto para todo el mundo, ya que cada cuerpo es distinto y tiene, por lo tanto, diferentes necesidades, pero sí un estilo de vida que favorece nuestra salud física y emocional, y que se basa en tres pilares, indica la fundadora de WA Mallorca: evitar toxinas (a las que estamos expuestas a diario a través de plásticos, alimentos que ingerimos...), nutrirse con alimentos de calidad y seguir nuestros ritmos circadianos (los ritmos naturales de la luz).


Es evidente que existe una tendencia entorno a nuestro cuidado físico y emocional. Cada vez nuestra preocupación por vivir más y mejor aumenta. ¿Se percibe esto en las consultas de nutrición? Vázquez apunta que no: “por desgracia, un 95% de la gente que viene es porque tiene un problema de salud; sí existe un mayor interés, pero se queda en las redes sociales y lo que dice el influencer de turno, no se llega a personalizar ni a tener un criterio real.”



Aunque el creciente interés por la nutrición es positivo, aun queda mucho para llegar a tener una noción que nos permita tomar decisiones según unos conocimientos básicos, “aún creemos que la pirámide de alimentación básica, que se intentó meter como información nutricional, es lo mejor que podemos comer, y precisamente es la peor guía”, sentencia la entrevistada.

El ayuno intermitente es otra de las grandes apuestas del mundo wellness de los últimos años, y es que cada vez más científicos afirman que comemos demasiado, sin franjas horarias de descanso. La terapeuta, por su parte, explica que “el ayuno intermitente mínimo es de 12 horas, desde que terminas de cenar hasta que comes algo a la mañana siguiente. Lo básico para que por la noche el cuerpo pueda eliminar toxinas, limpiarse y regenerarse. Cuanto menos comes más beneficios resulta para la renovación celular, para revertir la edad biológica. Pero todo depende de tu condición personal.”

Una nueva filosofía de vida entorno al mundo de la salud: el Smart Aging, un concepto que va más allá de la edad cronológica. Apuesta por reducir la edad biológica a través de la alimentación y el estilo de vida. “Los cambios epigenéticos que afectan a nuestros genes hacen que puedas tener una edad cronológica de 65 años y una edad biológica de 50 años. El doctor Sinclair afirma que la persona que va a vivir 120 años ya ha nacido.”


WA Mallorca. Foto: Sylvia Polasz


Un estilo de vida que podemos comenzar introduciendo pequeños cambios en nuestras rutinas, y que poco a poco van generando un gran impacto en nuestro bienestar. Vázquez nos invita a acompañarnos en ese camino a través de su consulta privada o sus programas grupales a los que denomina “RESET”, “lo llamo así porque incluimos tantos aspectos en un mismo programa que acabas reseteado tu organismo desde dentro, ampliando los conocimientos de tu cuerpo y viviendo la experiencia de forma directa, con lo cual una vez comienzas con estos cambios, no quieres volver atrás.”

WA es un espacio abierto a todo aquel que se sienta en sintonía con este estilo de vida. Un lugar donde “poder compartir actividades que te nutran a diferentes niveles.” Un espacio en el que dedicarse tiempo, vivir con conciencia y sentirte bien.

Un concepto con el cual conectar contigo mismo y con tu entorno. Dejando de pisar el pedal del acelerador para, poco a poco, empezar a sentir y crear un camino desde la quietud y el silencio. ¿Un paralelismo al siglo anterior?

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